19 de marzo de 2011

El tram

Estaba apoyado en la marquesina esperando el tranvía, con el pelo sobre los ojos y las manos metidas en los bolsillos de la cazadora. El tiempo pasaba despacio hasta que halló una distracción.
La chica se había sentado en el banco de al lado, tenía los ojos clavados en su libro de bolsillo y lucía las piernas más largas que nunca había visto. Se quedó observándola sin miedo a ser descubierto, con la valentía de aquellos que no tienen nada que perder.
La chica levantó la mirada y se enontró con la suya. Sonrió. Él también. Después ella se incorporó, acercándose lentamente. Su imaginación ya había comenzado a volar cuando escuchó al tranvía a su espalda y de pronto lo entendió. Demasiada suerte para un sólo día...

12 comentarios:

  1. Qué se quede! qué no se marche en ese tranvía!
    Un besito

    ResponderEliminar
  2. Que mala suerte hahaha

    ResponderEliminar
  3. Pobrecillo...pero no se puede tener todo, o tranvía o chica!

    un besito con sabor a chupetin :)

    ResponderEliminar
  4. a la suerte no hay que dejarla escapar..

    ResponderEliminar
  5. Bueno, siempre pueden coger el mismo tren :)

    ResponderEliminar
  6. Ajajaj pobre mira que creer que se levantaba por él!!!

    Bss

    ResponderEliminar
  7. Esas cosas que pasan todos los días... pequeñas historias de ciudad.

    ResponderEliminar
  8. Confío en que se vuelvan a encontrar en la misma estación y a la misma hora ^^

    ResponderEliminar
  9. Ya pasará otro tranvía. Pero no volverá a pasar lo mismo. Eso lo sé yo y ella también. Espero que no lo coja y que él tampoco coja el suyo. O que cojan el tram juntos. Si! Juntos :)

    ResponderEliminar
  10. jajajajajaja se ha quedado con las ganas xDDD Aunque quizás suban al mismo tranvía,jeje

    Un besazo!

    ResponderEliminar

Planta tu semilla...