-Me voy -dijo ella vaciando su armario por completo en una bolsa de viaje.
-No lo hagas -le rogó colocando una mano sobre su brazo-, por favor.
-Juntos nos hacemos demasiado daño -afirmó intentando contener las lágrimas que ya comenzaban a aparecer en sus ojos. Con un rápido movimiento cerró la cremallera y salió de casa.
Azotó la bolsa contra el asiento trasero y arrancó el coche.
Cuando se giró para echar un último vistazo a su vida pasada, lo vio. En la ventana empañada él había escrito TE QUIERO.
qué bonito! *-*
ResponderEliminarOhhhh que bonito y qué romántico...
ResponderEliminar¿Qué tendrán las ventanas empañadas que siempre emocionan? Saludo, dejo por aquí este comentario y te digo que estoy siguiéndote y te he afiliado :) Un placer encontrarte por aquí.
ResponderEliminar@ Inma y @ Nessie, me encanta que os haya gustado (se podría decir que soy romántica en exceso).
ResponderEliminar@ Irewen ¡Bienvenida! Muchas gracias por pasarte por el blog, seguirme y afiliarme. Nos leemos ;)
Besos a las tres!!!!
Y entonces dio al vuelta... ¿VERDAD? Es curioso como en un microrrelato se desvela toda una historia..
ResponderEliminar