Vago, gandul, perezoso, holgazán, demasiados sinónimos para describir lo que era. No, lo que era NO. Más bien, en lo que se había convertido.
Tan solo con un simple vistazo, cualquier desconocido podría seguir el hilo de pistas que le llevarían a esa inapelable conclusión. Llevaba el pelo despeinado, sus gafas de pasta negra estaban tan sucias que parecía que siempre había una densa neblina ante sus ojos y su ropa estaba extremadamente arrugada. Aunque aún seguía manteniendose delgado. No por hacer ejercicio, sino por la falta de ganas de hacerse un buen plato de comida en condiciones.
¿Cómo podía estar cayendo en la misma trampa que su padre? Desde pequeño se había prometido que nunca se parecería a aquel viejo simplón que vivía inmerso en una desidia perenne, cuyos mayores logros eran los de levantarse de la cama al sofá y del sofá al retrete. Qué irónica era la vida... Y lo más irónico de todo era que pese a darse cuenta de todo ello, la apatía, aquella viperina amiga que le acompañaba por el día y le arrullaba por las noches, impedía que se produjera algún cambio.
Fotografía de mercyyw
Al final es inevitable seguir los pasos de nuestros mayores!!!
ResponderEliminarSe echaba en falta leerte!!
Bss
Hola Xikaakira!!
ResponderEliminarYo también os echaba de menos :)
Besos
Hay que intentar no caer en la monotonía de la vida.
ResponderEliminarUn beso enorme :)
Qué triste es acabar así. En fin, a veces las ganas de vivir son pocas.
ResponderEliminarUn besito! Me alegro de tenerte otra vez! ^^
que bueno que estas de vuelta, te extrañaba ^.^
ResponderEliminary si, es triste…
que pasa con esa amiga??
maldita … u.u
en fin, espero más entradas!
una sonrisa!